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Ya tenía ganas de volver a escribir un artículo en la sección de «Con la Cámara a Cuestas…» ya que desde que escribí el de «Encuentro con impermeabilización» allá por diciembre del pasado año no había sobre esta sección.
La verdad es que últimamente, entre el encargo de Reforma de Vivienda en Valencia y encargos y temas que por suerte y por desgracia me han ido surgiendo no he podido escribir con la periodicidad que me gustaría, a ver si me centro y puedo volver a coger el ritmo y escribir con un poco más de frecuencia.
Éste tema que te traigo hoy lo tengo en la lista desde hace algún tiempo, pero como os decía no había podido ponerme a escribir sobre él, por lo que me ha dado tiempo para ir recopilando más imágenes de situaciones que no son del todo deseables para la colocación de vierteaguas.
En primer lugar cabe comentar que el vierteaguas es un elemento que se coloca en la parte inferior de los huecos de fachada, en la parte del alfeizar, de manera que protege la parte superior de la hoja de fachada que queda cortada por el hueco, impidiendo que entre agua desde esa zona hacia el interior de la cámara y por lo tanto pueda llegar a acceder al interior de la vivienda. Bueno, eso es la teoría, pues como vamos a ver, en algunos casos la colocación del vierteaguas es tan deficiente que incluso creo que puede favorecer esta entrada de agua que comento.
Las fotos que voy a compartir y comentar evidencian la falta de profesionalidad que hemos sufrido en el sector de la construcción en la época de bonanza inmobiliaria, además de la permisividad y falta de control sobre la calidad de lo edificado, permitiendo que se dieran situaciones como las que vamos a ver y, lo que es peor, que algunos incluso llegaran a autoconvencerse de que era lo normal y que la ejecución de manera correcta era un capricho del técnico. En fin…
Las situaciones que me he ido encontrando son muy diversas, vamos a verlas.
Remate con las jambas del hueco
Para evitar que el agua que escurre por las jambas de los huecos, es decir, la cara interior de los laterales del hueco, se termine colando hacia la cámara de la fachada es necesario que el vierteaguas quede metido unos centímetros en el lateral, de manera que ese agua que escurre, en vez de tener la posibilidad de colarse en la junta entre el vierteaguas y la jamba, se choca literalmente con la pieza de vierteaguas evitando el acceso a la parte inferior.
Esta sería la colocación deseable ya que garantiza que no entre agua en ese punto, pero para eso es necesario que el vierteaguas tenga mayor longitud que la de la anchura del hueco, por lo que al recibirlo en obra algunos energúmenos de la construcción parecen pensar que el «tontolhaba» del aparejador ha medido mal el hueco y han traído las piezas demasiado largas, así que en un alarde de incapacidad profesional tiene la brillante idea de solucionarlo cortando la pieza… ¡¡¡Que cracks!!!
Solo le encuentro dos razones para que el que lo hizo no pensara en la que estaba liando. O bien no tenía ni puñetera idea, lo cual es malo, o bien lo hizo para no retrasar el ritmo, ya que tenía contratado el trabajo por medio de destajo y cualquier retraso implica pérdida de dinero. Ambos casos son posibles, pero creo que el segundo caso se ha dado con demasiada frecuencia en la construcción ¡¡Malditos destajos!!!
En algún otro punto del mismo edificio se hizo lo mismo, pero el operario intentó disimularlo ajustándolo a la jamba y rejuntando el encuentro para que no se notara. Quizá le ordenó el técnico hacerlo bien pero no estaba dispuesto a cumplir con las órdenes, total, si pasa algo a mi no me van a buscar (pensaría él).
Otro caso que se puede encontrar de remate deficiente contra la jamba es precisamente el contrario, que el vierteaguas sea corto y por lo tanto no se meta dentro de la fábrica para evitar el paso del agua. En este caso el fallo es en primer lugar del que pide el material, pues debe tener en cuenta unos centímetros de más para embutir el vierteaguas, pero también el que coloca la pieza debe ser conocedor de la correcta colocación (se le supone conocimiento de lo que hace) y avisar del fallo antes de colocar. Por desgracia no estamos acostumbrados a remar todos a una en esto de la construcción, si hay un fallo que se fastidie otro (no sea que tenga que parar el tajo hasta que me traigan las piezas correctas)
Evidentemente, en ambos casos el agua que pueda escurrir por la jamba del hueco va a ir directamente al interior de la fábrica, donde solamente podrá aparecer por el exterior manchando el ladrillo (se evaporará y seguramente ni se notará) o bien hacia el interior de la vivienda, provocando manchas de humedad de difícil solución, pero muy fáciles de evitar haciendo bien las cosas desde el principio.
Mala unión entre piezas
Otro caso que me he encontrado es el de una mala unión entre las piezas que forman el vierteaguas. En ocasiones, los huecos pueden ser muy anchos, por lo que la colocación de una sola pieza de lado a lado puede ser inviable, así que se hace necesario colocar varias piezas, lo que provoca las correspondientes juntas entre ellas.
Esto no sería mayor problema si se resolviera adecuadamente, es decir, poniendo especial cuidado en el encuentro entre las piezas, sellando la junta o incluso, como proponía algún compañero en el artículo de Remates Contra el Agua, colocando piezas que se machihembren entre ellas para que el agua no se pueda colar hacia abajo.
Como siempre ocurre, tan malo es el exceso como el defecto, pues si dejar las piezas cortas conlleva que quede un hueco entre ellas, si las piezas están demasiado ajustadas pueden impedirse el movimiento la una a la otra, lo que provoca que una de ellas acabe levantando por la tensión que recibe al encontrase coartada su deformación. Este caso es parecido a lo que explica Sergio Pena en el artículo de su blog sobre fijación de piedras en petos, pues la solución que propone podría ser también válida para evitar que las piezas se suelten, siempre que le dejemos libertad de movimientos.
Inclinación del vierteaguas
Los que hemos tenido la suerte de trabajar con encargados y oficiales de obra de los de toda la vida, de esos que tenían el gusto de dejar bien las cosas, hemos escuchado en multitud de ocasiones aquello de que «en los vierteaguas no deben aguantarse los maceteros» (¿verdad Jose Ramón?)
¡¡¡Cuanta razón!!! ¿por que decían esto? Bien, pues recordando que una de las funciones del vierteaguas es alejar el agua que recibe lo más lejos posible de la fachada, es deseable que el agua coja velocidad para salir despedida hacia afuera en cuanto llega al borde de la pieza. Evidentemente, no tiene otra forma de coger velocidad que por la inclinación de la pieza de vierteaguas, lo que hará que el agua no duerma ni le de tiempo a salirse por los laterales. Es por ello que en el Código Técnico de la Edificación se prescribe una inclinación de 10º como mínimo.
¿Cuál es la consecuencia de no inclinar la pieza? Si el agua no coge velocidad, lo que ocurre es que no se aleja lo suficiente del borde de la misma, por lo que puede escurrir por debajo y salvar el goterón (no vayas a pensar que está bien ejecutado), llegando al plano de la fachada y provocando manchas difíciles de eliminar bajo la ventana. También ocurre que el agua escurre por los laterales y deja esos mismos chorritones alargados colgando de los lados del hueco.
Si el vierteaguas tiene una inclinación adecuada, el agua coge velocidad hacia el exterior y no le da tiempo a salirse por los lados. Además, gracias a la velocidad que toma, sale despedida con fuerza y por lo tanto no tiene posibilidad de volver hacia atrás y alcanzar el plano de la fachada bajo la ventana, aunque el goterón esté mal colocado o el vierteaguas sea corto.
He conocido proyectistas que no les gusta en absoluto colocar los vierteaguas con la inclinación prescrita por el Código Tecnico, ya que según ellos rompe cierta estética. Deberían pensar estos técnicos si prefieren romper la estética por la colocaicón de la pieza o por las manchas que se provocan a corto plazo por no inclinar ¿no crees?
Otro inconveniente de la colocación inclinada de las piezas es que hay que tener cierta previsión durante la ejecución de las hojas de fachada, pues la parte inferior del hueco debe quedar a menor altura en la hoja exterior que en la interior para permitir la inclinación. También dificulta la ejecución en caso de fachadas cara vista, pues obliga a cortar piezas y por lo tanto a retrasar el destajo (otras vez los destajos)
He encontrado casos en los que, para evitar tener que cortar las piezas de caravista han preferido dejar más abajo el hueco exterior y rellenar hasta alcanzar la parte inferior del vierteaguas. A mi no me gusta esta solución ¿y a ti?
En realidad, en el caso de esta última imagen que he puesto no sé para que narices lo han hecho, pues ni tiene inclinación, ni han empotrado en las jambas ni nada de nada… ¡¡¡Un desastre de vierteaguas!!!
Conclusión
En definitiva, tenemos con los vierteaguas otro caso más de elementos constructivos que no cuesta nada hacerlos bien y permitir que cumplan su función, pero que en caso de ejecutarlos mal puede traer problemas en el hueco de la ventana. Lo único que es necesario para hacerlo bien no es más dinero, sino conocimientos, actitud y ganas de hacer bien el trabajo.
Espero que en el futuro se preste más atención a estos pequeños detalles en los edificios.
¿Conoces otros casos de mala ejecución de vierteaguas de ventanas? Si es así no dudes en compartirlos a través de los comentarios, así como tu opinión sobre los casos que he comentado.
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Enrique Alario · Arquitecto Técnico Valencia · Máster en Tecnología de la Edificación · Perito Judicial
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